The Origin of Evil
En los últimos años, la frase “eat the rich” ha disfrutado de un regreso a la cultura popular dos siglos después de su origen a cargo del filósofo Jean-Jacques Rousseau. Ahora es común ver estas tres palabras en actos políticos o publicaciones en redes sociales criticando o exponiendo las desigualdades sociales que cada vez se observan con mayor intolerancia y sospecha. Por supuesto, el cine también se ha visto beneficiado por este redescubrimiento cultural, lanzando historias que ven con recelo a la clase alta dominante y que más bien apoyan a aquellos rebeldes e ilusos que se atreven a tomar una postura desafiante ante ellos. No hay nada más disfrutable que ver a la clase alta venirse abajo en toda su miseria privilegiada. Ahora lo importante no es la justicia o lo “correcto”, sino ver sufrir a estas personas tan despegadas de la realidad que casi han perdido toda sombra de humanidad y halo de empatía.
Con base en esto, no es sorpresa el júbilo que causó Knives Out (Rian Johnson, 2019) en su estreno. La película, disfrazada de un ingenioso whodunit, tiene como esencia una inspección de las clases sociales donde los ricos, privilegiados y abusivos reciben su merecido nada más y nada menos que por parte de una enfermera migrante ingenua. Otro ejemplo es Ready or Not (Matt Bettinelli-Olpin, Tyler Gillett, 2019), en donde la novia inocente sobrevive al juego mortífero ideado por la familia millonaria, arrogante y sin escrúpulos, de su nuevo esposo.
Justo en esta línea encontramos The Origin of Evil, la más reciente propuesta del director / escritor Sébastien Marnier y selección oficial de la edición 11 del Festival Internacional de Cine de Los Cabos. La película introduce la vida lujosa de la familia multimillonaria Dumontet a través de Stéphane (Laure Calamy), una mujer que restablece una relación con su papá (Jacques Weber) después de una vida de distanciamiento. Cuando se reúne con él, la esposa (Dominique Blanc) y hermanastra (Doria Tillier) dejan claro que Stéphane no es bienvenida, pues rápidamente se evidencia que ha llegado a un campo de guerra donde todos están viendo la forma de quedarse con las riquezas del negocio familiar y controlarlo. Lo interesante es que Stepháne tiene sus propios ases bajo la manga, demostrando que está lejos de la apariencia despistada y abnegada que presentó al principio.
Aquí la película se separa de los ejemplos mencionados, pues la protagonista es egoísta y descaradamente villanesca, amenazando con perder a la audiencia. Aun así, la alternativa –la familia rica y odiosa– es menos atractiva. Sin duda, estamos ante algunos de los personajes más antipáticos que podríamos encontrar, dificultando sentir pena por sus circunstancias, pero provocando fascinación con lo que sucede en pantalla.

The Origin of Evil es un thriller con una protagonista al centro tan decidida y calculadora en sus pasos que es mejor observarla de lejos y esperar nunca caer en su esfera de influencia. La ambición y la determinación definen a esta familia, pero, sobre todo, a una mujer decidida a tener lo que siempre ha deseado, sin importar a quién se lleva en el camino. Así, gana aquél que es más temerario y no quien lo merezca.